El 40% de la carga del Impuesto sobre Sociedades la soportan los trabajadores
¿Quiénes acaban pagando realmente la subida del Impuesto sobre Sociedades y el resto de las cargas fiscales que pagan las compañías españolas? Es una de las preguntas que se plantea el informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) «¿Deben bajar o subir los impuestos en España?», en el que se analiza el contexto de la actual política tributaria de la economía española.
El documento, elaborado por su presidente, José Luis Feito, concluye que «las empresas no pagan impuestos, los impuestos los pagan los individuos». En base a datos de la oficina presupuestaria de Estados Unidos, el análisis explica que el 40% de la carga del Impuesto sobre Sociedades de España lo soportan los trabajadores.
Este es el proceso que hace que sean los empleados los que ‘sufren’ al final las subidas fiscales que impulsan los distintos gobiernos:
1. Primero pagan los propietarios de las empresas
Según el IEE, «el impuesto de sociedades lo pagan inicialmente los propietarios de las empresas», que en las grandes corporaciones son primordialmente los partícipes de los fondos de inversiones y fondos de pensiones que detentan la mayoría de su capital.
El Instituto explica que «ante una reducción de los beneficios después de impuestos, los propietarios y gestores de la empresa intentarán aumentar precios y reducir costes a fin de restablecer el nivel de sus beneficios netos de impuestos».
2. Se reduce la inversión y se desplaza el capital a actividades de menor riesgo y otros destinos geográficos
Pero prosigue el documento explicando lo siguiente: «Si no lo consiguen con la intensidad deseada y sus beneficios después de impuestos no se recuperan lo suficiente, reducirán la inversión y desplazarán su capital hacia actividades de menor riesgo o destinos geográficos más positivos para la actividad empresarial».
Dicho de otra manera, el IEE opina que las subidas o bajadas del Impuesto sobre Sociedades se trasladan, en parte, a los precios, si la empresa opera en contextos poco competitivos, y a los trabajadores de la empresa y de las otras empresas proveedoras.
3. Finalmente el impacto de subir impuestos llega a los salarios y al empleo
Según Feito, «el impacto negativo de la subida del impuesto de sociedades sobre los salarios y el empleo es doble». Si se sube este tributo que grava los beneficios empresariales, «se reducirán los niveles de empleo y/o de salarios».
Por otra parte, «en la medida en que el impuesto recaiga sobre los propietarios de las empresas, disminuirá la inversión y, por esta vía, se ralentizará la productividad, con lo que se erosionaría el crecimiento de los salarios reales o del empleo».
¿Cuál es el coste real sobre los trabajadores de subir la tributación sobre los beneficios empresariales?
Este estudio de Feito también incluye el cálculo de cuánto afectaría subir el Impuesto sobre Sociedades a los trabajadores, teniendo en cuenta un estudio de la oficina presupuestaria de Estados Unidos.
En la memoria de esta institución presupuestaria estadounidense de 2012, se estima que en la primera potencia mundial un 25% de la carga del Impuesto sobre Sociedades se traslada a los trabajadores y un 75% a los perceptores de la renta del capital.
Este mismo documento afirma que la carga que soportan los trabajadores es mayor cuanto menor es el tamaño de la economía (y, consiguientemente, más abierta esté al comercio internacional de bienes y de capitales).
En este caso se encuentran la mayoría de las economías europeas y especialmente la española, a los que la carga del Impuesto sobre Sociedades que soportan los trabajadores alcanzaría hasta el 40%, según el estudio de la oficina presupuestaria de Estados Unidos.
Esta es la razón por la que José Luis Feito opina que «es difícil rehuir la información de que una reducción del impuesto de sociedades sería una medida harto recomendable para nuestro país, especialmente por sus beneficios para los trabajadores».